La primavera está a la vuelta de la esquina por lo que es momento de activar el «modo verano» y comenzar a preparar la piel que ha sufrido durante los meses de invierno olvidada en las rutinas de cuidado corporal.
En unas pocas semanas comenzaremos a exponer nuestros cuerpo al sol, agua salada, cloro y otros factores que pueden dañarla, por lo que será conveniente que antes de exponerla a ellos intentemos que esté en las mejores condiciones posibles para no sufrir daños.
Exfolia bien tu piel
Durante el invierno la dermis acostumbra a estar siempre cubierta y en contacto con prendas de abrigo y esto hace que pueda acumularse suciedad más allá de la capa superficial. Por ello, al llegar los primeros días de sol es conveniente preparar nuestra piel limpiándola a fondo con una buena exfoliación.
La exfoliación ayudará a limpiar la piel, abrir los poros y ayudará a que los productos cosméticos sean absorbidos mejor por la piel. En este época deberemos hacerlo 2 veces por semana (si tenemos la piel sensible reducirlo a 1 vez por semana).
Cuida la alimentación
Nuestra alimentación se refleja a través de nuestro cuerpo, y especialmente de nuestra piel. Hay alimentos, como la fruta o la verdura que tienen un importante efecto en el cuidado de la piel.
Intentaremos evitar el consumo de alimentos procesados o refinados y optaremos por productos frescos y de temporada con alto contenido en vitaminas y minerales.
En el apartado de alimentación y relacionada también con el siguiente deberemos cuidar especialmente el consumo de agua que mantendrá una piel más hidratada y actuará evitando la formación de arrugas.
Hidratación
Sabemos que la piel sufre y se deshidrata mucho con el frío y los cambios de temperatura provocados por las calefacciones en invierno, pero también lo hace con el calor. Por ello aconsejamos aplicar una crema con alto poder de hidratación e incluso un serum hidratante concentrado que ayude definitivamente a hidratarla.